Fragmentos de obras de Listz interpretadas por ese genio del
piano que responde al nombre de Lang Lang me acompañan mientras intento
desarrollar mi teoría sobre PPodemos.
Un pequeño prólogo:
Machado, el Bueno, en uno de sus poemas más conocidos –Proverbios
y Cantares dice:
XXX
"El que espera, desespera"
Dice
la voz popular,
¡Qué
verdad tan verdadera¡
La
verdad es lo que es,
Y
sigue siendo verdad,
Aunque
se piense al revés
En el mismo sentido se pronunció en su “Juan de Mairena” que
inicia del siguiente tenor:
La verdad es
la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Un escéptico avisado me argumentará que “la verdad” no existe
y que “cada uno tiene su verdad”.¡¡Cierto¡¡ afirmo pero no lo es menos que
hay hechos objetivos (¡¡Llueve¡¡, o Julia Roberts es bellísima, por ejemplo) que
siguen siendo ciertos aunque se observen
a través de cristales de distintos colores y tan firmemente lo creo que
si un día el “piernas” de Marhuenda dejara el botafumeiro con el que trata de
ocultar el putrefacto olor que rodea
todo lo que ha hecho su amado Rajoy, si un día, repito, apareciera en un
Programa de TV y dijera que el Crianza de Pago de Carraovejas es un vino excelente yo le gritaría ¡Ole tus
cojones Paco¡ sin perjuicio de seguir pareciéndome un “piernas”.
Tengo dicho en alguna ocasión que “los progres” odian o, lo
que es peor, ignoran “la copla” y no por, para ellos, falta de calidad en el texto
o la música, no, es que es un género musical
que se consolidó en época de Franco y, en consecuencia, hay que denostarlo.
Otro tanto deberían hacer con el Jamón de Jabugo, el vino (como el de Jerez,
como el de la rioja: Banderita tu eres roja, banderita tu eres gualda, y en
este plan) y así hasta el infinito.
La mentecatez de la sedicente izquierda española se extiende
hasta otra de las obsesiones franquistas –la unidad de los hombres y las
tierras de España- y en consecuencia la Unidad, por definición deviene mala,
perversa, colonizadora de pueblos, de naciones con 27 o más siglos de
antigüedad (Al bueno de Casals le hicieron decir en la Asamblea de la ONU que
Cataluña era la nación más antigua del mundo).
Creí desde siempre que estábamos ante un supuesto clásico de
ignorancia, de falta de cultura, de sujetos con formación primaria o ajenos a
las Ciencias Políticas, Jurídicas, Humanidades etc. Craso error cometí: los
Barandas de Podemos tienen una sólida formación en esas disciplinas hasta el
punto de distinguir tras las primeras palabras si están hablando con un
demócrata o con un nazifascista. (les voy
a sugerir que lean un librito muy interesante escrito por el portugués Alberto
Pimenta y “que lleva por título” DISCURSO SOBRE EL HIJO-DE-PUTA. -ed. Pepitas de Calabaza- Imprescindible
para tratar con nacionalistas. De nada).
Cualquier persona con una aceptable formación sabe que las naciones son unos inventos de los
nacionalistas y si ha seguido el llamado “proces” hacia la independencia (sic)
habrá podido constatar que se ha falseado la historia, se ha suprimido la
libertad de prensa, se han malversado fondos públicos, se ha engañado a la
ciudadanía prometiéndoles que (esto lo he oído yo a Mas, el astuto) en una
Cataluña independiente el cáncer apenas
tendrá incidencia. De follar más no han dicho nada todavía pero ya veréis como
un mal día sale la Verdulera/Cortesana
Mayor y lo afirma.
Pues bien, pese a todo, estos de Podemos ponen como condición
innegociable la milonga del Referendum para formar parte de un Gobierno de
Izquierdas. Claro que después de decir que Otegui es un hombre de paz cabe
cualquier dislate.
La razón de tanto despropósito tiene todo que ver con la
Conquista del Poder. Únicamente pueden alcanzar el Poder si media una
desestabilización total del Sistema o Régimen del 78 como ellos lo llaman. Pese
a las políticas de austeridad de Rajoy, de la corrupción, de Corinna y la Corona (está
buenota la señora, ¡joder con los borbones¡) etc el sistema ha aguantado y se han dicho “Si el
eje social no funciona, vayamos al territorial” yo, sin ir más lejos, si fuera
un hideputa hubiera llegado a la misma conclusión: El Poder por el Poder y a ti
te encontré en la calle.
Mañana profundizaré en el “tema” que se decía antiguamente.
Bona nit.
Mon cher,
ResponderEliminarAsiduo a tu bitácora, de acuerdo casi siempre en lo esencial, esta vez y como melómano empedernido, quiero decirte alto y claro que el tal Lang Lang no es un genio del piano ni por el orillo, sino un puro producto de marketing para que los chinos compren discos, ya que alguien tiene que hacerlo.
¿Pero tú le has visto tocar?. ¡Por Júpiter, cuánto aspaviento, si es una partitura que te sabes de memoria, pedorro!. Para ese pianismo gestual me sigo quedando con Chico Marx...
El chinito fue y le dijo a uno de los críticos más incisivos del New York Times que uno de sus ídolos era Vladimir Horowitz. El crítico soltó en su reseña que, si por él fuera obligaría a Lang Lang a visionar cinco horas diarias de filmaciones de Horowitz tocando, a ver si se le pegaba algo del estilo del viejo maestro, que de cintura para arriba era estatuario.
Desahogo terminado.
Salud y un abrazo, fraternal y de clase.
Quique
Agradecido. Tomo nota. Me quedé en Cuarto de piano allá por el pleistoceno. Mejor Achucarro ¿no? Pepe
ResponderEliminarAgradecido. Tomo nota. Me quedé en Cuarto de piano allá por el pleistoceno. Mejor Achucarro ¿no? Pepe
ResponderEliminarPepe,
ResponderEliminarA mí los pianistas de clásica que más me han impresionado en directo han sido Sviatoslav Richter, cuya sola presencia en escena ya cambiaba el ambiente de la sala: el ruso se ponía al mando supongo que porque tenía ese don. Y Alicia de Larrocha, una especie de hormiga atómica, ¡si es que no le llegaba a los pedales, ni falta que le hacía!. Ahora bien, yo en clásica soy más bien hasta Mozart y desde Beethoven, no me entusiasma el repertorio romántico.
Un verdadero monstruo del piano es Carles Santos. Si no le sale la vena fallera y empieza a disparatar te puede dejar en K.O. sónico, y si le diera por tocar Bach podría dejar pequeño al mismísimo Glenn Gould. ¿Sabes que el nota no tiene huellas dactilares?. Tanto piano le ha dejado lisas las yemas de los dedos.
Y están los pianistas de jazz, que son los mejores, pero eso es otra historia.
Salud,
Quique