Terminé ayer hablando de ese detritus intelectual formado por las religiones -todas- y los nacionalismos -todos- y prometía contaros cosas sobre ese par de figuras que forman Maricomplejines y El Astucias, pero me temo que el prólogo va ser más extenso de lo anunciado y ello por dos razones, a saber: A) Procede "aligerar" el discurso, me estoy volviendo más plúmbeo que un nacionalista y B) Soy hombre de prólogos. Un largo prólogo suele ser anuncio de una trama elaborada y antesala de un desenlace feliz, así que nada de precocidades y en cuanto a procacidades, las justas. Vamos a ello.
Cualquier tipejo con afanes intelectuales suele decir que no ve nunca o ve poca televisión con lo cual me jode la originalidad que pretende adornar todo lo que escribo. Empero, tengo que señalar que, en efecto, veo poca televisión: algún noticiero y algún Intermedio de Gran Wyoming, tipo simpático, ocurrente, excelente presentador y con un claro posicionamiento ideológico. No obstante cual, según he leído, para mi sorpresa, se pronunció a favor de la mascarada del 9N. Estos "progres" no tienen arreglo. Estoy pensando en impartir un Curso que bien podría llamarse "Todos los nazi-fascismos son nacionalistas y los nacionalismos ¿son todos nazi-fascistas". El curso terminaría con una semana de estancia de cada uno de los participantes bien en Vic, Manlleu, Torello y otras localidades donde el carlismo reaccionario y filofascista se palpa en el ambiente. Verían lo que es bueno. Perdonadme la digresión, en realidad quería referirme al programa, El Intermedio, no a su presentador. Para ser más exactos pretendía hablar del final del programa. Si, si, del final. Me explico: servidor es un mitómano (Julia Roberts, Sofía Loren, Ava Gadner, Lauren Bacall y en este plan en actrices cinematográficas) (Rosa María Mateo et allii como presentadoras de televisión) y he incorporado una nueva estrella a mi galaxia: Sandra Sabatés, la del Intermedio. He de confesar que espero con verdadera fruición al final del programa, cuando el realizador manda enfocar la mesa y Sandra ¡¡hija de mi vida¡¡ se levanta y ofrece, fugazmente,como el cometa ese, Haley creo que se llama, la contemplación de su cuerpo. Es una pena que haya jurado amor eterno a Julia Roberts porque en caso contrario ese tipo que sale con mi Sandra se iba a enterar de lo que vale un peine, que yo me conozco.
Paciencia queridos/as que ya voy concluyendo.
Sandra, mi pequeña, forma parte de ese ramilletes de mujeres inteligentes, cultas, sagaces periodistas que trabajan en radio y televisión y que además y sólo además, son bellas. En algún caso bellísimas. Hay otras que no están mal del todo, que diría un rijosete -vamos un tipo de la cuerda de Duran i Lleida- pero que sus limitaciones culturales y profesionales son harto evidentes y tratan de suplirlas con su más que dudoso palmito. Estoy pensando en una señorita que en Telecinco presenta un programa la noche del sábado, programa que sintonicé en un descanso eterno a lo Raimond Chandler, del programa que a la misma hora emite La Sexta. A la moza la había guipado en un programa en que escenifican un simulacro de juicio en el que interviene todo dios opinando de lo divino y lo humano, a gritos, como si lo televidentes fueran todos "guiris". Patético. Pues bien la moza pretendía entrevistar a don Julio Anguita, ahí es nada y claro está, llevaba las preguntas escritas, consciente el director del programa que si se improvisaban las preguntas como debe hacer todo presentador que se precie, el invitado se comería a la moza. En un momento del programa le preguntó a don Julio su parecer sobre lo que iba a suceder al día siguiente en Cataluña (Comunidad Autónoma de), y don Julio, pedagógico él. le habló de clases sociales, de burguesía y nacionalismo, de ideología de la clase dominante, vamos de esas instrumentos conceptuales que los marxistas utilizamos para analizar la realidad sin intermediarios que piensen por nosotros y va, toma, coge, se lanza y pregunta -acreditando que no se había enterado de nada, ni le importaba, ¿todos los participantes en la diada eran burgueses?. Para nota. Estos chicos de la Logse no tienen puñetera idea de nada.
Veis queridos/as que fácil es empezar hablando de Julia, mi Julia y acabar hablando de las clases medias catalanas, asustadizas ellas, temerosas que tanto recuerdan a las alemanas e italianas de los añores 30 del pasado siglo y que para combatir su miedo nutrieron las filas del nazismo y del fascismo, con sus camisas pardas y negras, respectivamente. Y aquí, ¿cómo serán? Amarillas, sin duda y que yo no lo vea.
Mañana sigo con la tercera parte del prólogo. Estará dedicada al compañero de viaje por excelencia, al tonto útil que aparece en toda comedia bufa, al que nuestros protagonistas Maricomplejines y El Astucias se disponen a dar por retambufa. Me estoy refiriendo al simpar Oriol Junqueras, cenutrio e iletrado y sobre cuyas capacidades intelectuales tengo cada día más serias dudas. Confío en la clemencia de la Marquesa de De Veraux y me permita el desahogo. ¡¡Agur¡¡
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