sábado, 26 de noviembre de 2016

Populismo (IV)

Lo de Podemos es algo así como “para expeler líquido excrementicio por vía uretral y no echar ápice”, que escribiría un finolis castizo. Veamos:

El Líder nos había repetido por activa y pasiva e incluso haciendo uso de todo tipo de circunloquios perifrásticos que eso de las clases sociales y lo de derecha vs. Izquierda eran antiguallas del pasado, que las ideologías han periclitado, que la democracia representativa es un camelo y en este plan pero con ocasión de la presentación del libro La clase obrera no va al paraíso escrito por el rapero Ricardo Romero, al que sin duda no le gusta el cine italiano y por ello no conoce la película que en 1971  dirigió Elio Petri precisamente con el mismo título,  nos obsequió, Iglesias no Romero, con otra de sus piruetas político-ideológicas, ya que como estaba entre “obreretes” tocaba intentar subirlos al carro mediante el sistema que llaman “La construcción discursiva de identidades populares” al que me he referido en anteriores entradas. En dicho acto, según la crónica periodística que reproduzco a continuación, se olvidó de la inexistencia de las clases pero como haberlas haylas pues don Pablos  le dejó la clase media a la derecha de toda la vida y él se quedó con la obrera y popular:

“Pablo Iglesias dio este jueves carpetazo a lo que ha venido siendo Podemos desde su nacimiento como proyecto político al redefinirlo como una organización centrada esencialmente en ser el altavoz de las clases obrera y popular, y dejando en un segundísimo plano la apelación a las clases medias. Un volantazo ideológico que no sólo supone emprender el camino hacia una organización distinta y netamente de izquierdas, sino que implica una ruptura con el proyecto de Íñigo Errejón, que reivindica una formación "transversal" en lo social y en lo político” nos cuenta Álvaro Carvajal en El Mundo.

Enterarse Errejón del nuevo salto ideológico y pedir explicaciones todo fue uno: Lo cuenta LD:

Íñigo Errejón ha intentado echar el freno a la polémica que generó este jueves por la noche Pablo Iglesias cuando aseguró que su partido debe "politizar el orgullo de lo popular" y de lo "obrero" en lugar de disputar "el concepto burgués de clase media". Lo que se interpretó como que el líder de Podemos veía inútil apelar a las clases medias.

No es así para el número dos del partido morado que ha afirmado que había "estado hablando" con Pablo Iglesias y "me ha dicho que no había expresado eso" y que "no se sentía cómodo de cómo se había transmitido". "Hemos llegado hasta aquí sin pedirle etiquetas ni carnés a nadie y no vamos a pedir ahora declaraciones de la renta", ha añadido.

Errejón ha asegurado que su "hoja de ruta" personal y, "también la de Podemos, desde el principio" ha sido la de "la transversalidad y la de vertebrar a sectores sociales muy diferentes para construir un proyecto de país que no deje a nadie atrás". No la de dirigirse solo a una clase o sector de la sociedad.


El asunto se complica cuando se presenta en escena Alberto Garzón, el muchacho de IU, mientras dure IU que ya le queda poco y ¿qué quiere Garzón? Lo resume OKDiario:


Pablo Iglesias y Alberto Garzón unen fuerzas e ideas para impedir que las tesis políticas del actual nº2 del partido, Iñigo Errejón, no logren vencer en la Asamblea Ciudadana Estatal, también conocida como Vistalegre II. La figura del secretario de Política de la formación morada está cada día más cuestionada por la dirección actual del Podemos, o lo que es lo mismo, por el sector ‘pablista’, hasta el punto de que ya tiene sustituto: el líder de IU.

Según ha sabido OKDIARIO, los dos políticos del “pacto del botellín” están en total sintonía en cuanto a las políticas, hoja de ruta y el electorado al que hay que dirigirse. Ambos están de acuerdo en que deben constituir un solo partido de “izquierda radical”, lejos de la centralidad y la transversalidad, dos conceptos que defiende férreamente Errejón. Pero sus diferencias no acaban ahí. Fuentes ‘errejonistas’ aseguran que: “Pablo confía en Alberto y le quiere de mano derecha” y añaden: “Está claro que Iñigo molesta cada vez más y las prisas por registrar el partido, más las declaraciones de Garzón diciendo que hay que crear un único partido, son una pista de sus verdaderas intenciones: arrebatar su sitio a Iñigo”.
Veremos en que queda esta batallita y la que le han montado en los otros “pueblos” del Estado. Lo cuenta Vicente Serrano en un excelente artículo publicado en Rebelión:
“El candado del 78 atenaza a la izquierda; el salto mortal empieza a darlo Podemos. Primero Pablo Echenique reclama el derecho de autodeterminación para Aragón y luego Teresa Rodríguez comunica que Podemos Andalucía se constituye en organización autónoma en un proceso confederal –¡se necesita urgentemente un curso rápido sobre las diferencias entre federal y confederal!–.
Podemos alimenta la aceleración de los errores de la izquierda española faltos de un proyecto con cara y ojos, y sin vergüenza, para España, y en la práctica propone un proceso de cantonalización o vuelta a los reinos de taifas. Y lo hace en el discurso y en su práctica organizativa. Premonitoria la parodia de Charnego News sobre una supuesta secesión extremeña que tantas ampollas levantó. La OPA por absorción de Podem Cat e ICV por el proyecto de Ada Colau se da por amortizada, al igual que la Marea gallega”.


¿Se puede ser más torpe?

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