Uno de los debates intelectuales más interesantes de los
últimos 50 años fue el protagonizado por John Rawls y Jurgen Habermas sobre el
Liberalismo político y los principios normativos de los sistemas democráticos.
Debate de gran altura y que oportunamente publicó Paidos y cuya lectura
recomiendo.
Hoy quiero referirme únicamente a la figura del filósofo
usamericano John Rawls, fallecido a principios de este siglo. Autor prolífico
que dedicó la mayor parte de sus escritos a La Justicia y al Liberalismo
Político.
Escribir sobre Justicia implica, necesariamente, tratar del “Derecho
injusto" y de “La desobediencia civil” y en efecto Rawls
establece, con claridad meridiana el cuándo, el cómo y las consecuencias del
ejercicio de ese “derecho” a incumplir normas que sean injustas.
Recordé a Rwals ayer al recibir las primeras informaciones
sobre la concentración de apoyo a los cargos públicos “investigados” por la
presunta comisión de acciones u omisiones tipificadas como delito en el Código
Penal, concentración organizada por entidades subvencionadas con fondos
públicos que sirvieron para fletar 200 autobuses para que las gentes del Medio
Oeste Catalán vinieran a pasar el domingo a “Can Fanga” y degustar los
bocadillos preparados al efecto. Igualito que cuando lo de Franco.
La concentración fue una prueba palpable de que el “procès”
hace aguas ya que si se tienen en cuenta las informaciones más objetivas, el
número de asistentes no sobrepasó la cifra de 20.000 y si descontamos los
12.000 que vinieron “gratis total” en autobús, la repercusión en el “cap y
casal de Catalunya” fue mínima. Es evidente que esta historia del “procès” es
cosa de pueblerinos.
Concluidos los cánticos de rigor los organizadores reiteraron
anteriores declaraciones para consumo interno, para animar a la tropa. Veamos.
El presidente del ANC, Jordi Sánchez: "Saldremos nuevamente a la calle, cuando haga falta, donde haga falta
y los días que haga falta".
"No nos quedaremos
indiferentes cuando lleven a juicio a Mas y a los miembros de su Govern. No nos
quedaremos quietos cuando el TSJC intente sacar a nuestra presidenta del
Parlament",
"Tenemos que
decidir si nos rendimos o seguimos hasta el final. Desde (sic) la ANC, lo haremos", ha asegurado Jordi Sánchez.
"El Gobierno del
Estado español nos quiere divididos, y no lo conseguirán", ha añadido el presidente de
Òmnium, Jordi Cuixart.
"Este proceso
empezó con la fuerza de la gente y tiene que acabar con la fuerza de la
gente", ha
subrayado la presidenta de la AMI, Neus Lloveras., que ha añadido "Hemos luchado de manera pacífica
durante 6 años por conseguir el objetivo. Ahora estamos en la recta
final".
Y como colofón de memeces, las de Artur Mas que en declaraciones a
los periodistas, ha garantizado que se seguirán "jugando la piel" por el proceso soberanista y ha
subrayado que él, cuando estuvo al frente del Govern, no desobedeció, sino que
obedeció "al pueblo de
Cataluña". Mas ha agradecido a las personas que se han concentrado en
la avenida de María Cristina de Barcelona: "No
desfalleceremos, continuaremos adelante, sabemos la importancia de lo que
estamos haciendo, nos dejaremos la piel para que este país pueda ir adelante
ahora y en el futuro", ha expresado. El expresidente ha afirmado que "desobedecer" le suena a una "música sobrera" y ha subrayado
que él, al organizar la consulta del 9-N, no tenía voluntad de "desobedecer, sino de obedecer la
voluntad del pueblo de Cataluña".
Artur Mas es un juguete roto, intuye que se equivocó al dar
un “paso al lado” y poner a su machaca Puigdemont y dimitir como Diputado.
Ahora no tiene cobertura de ninguna clase y debe estar pesaroso por haberse
declarado único responsable del quilombo de 9-N y soportar que el malvado
Estado Español le “perdone la vida” no imputándole delitos que lleva implícita
la pena de prisión y es por ello que no quiere, ahora, asumir que desobedeció
al Tribunal Constitucional.
Traigamos ahora a Rawls para que nos ilumine:
Rawls define la “desobediencia civil” como un acto
público, nunca puede ser clandestino ni esconderse ante la ley; no violento, pues si se emplea la
violencia perderá fuerza moral ante la sociedad y el estado; consciente, pues debe ejercerse en
conciencia y con plenas facultades; político,
porque se ejerce para cambiar un programa de gobierno; contrario a la ley, porque pretende cambiar la ley que se cree
injusta; que asuma las consecuencias
legales que se deriven, pues aunque se rechaza la ley se está dispuesto a
asumirla.
En lenguaje canallesco, hay que echarle un par de cojones y
asumir las consecuencias de sus actos, el resto es “fullaraca” que se agita
para ocultar la evidencia de la cobardía y la miseria moral del personaje que
recuerda al Capitán Araña, el que embarcaba a la gente y se quedaba en tierra.
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