viernes, 11 de noviembre de 2016

Populismo y nacionalismo. Dos líderes, Puigdemont y Trump

Tengo escrito que “Todos los nazi-fascismos son nacionalistas y que todos los nacionalismos tienen, en mayor o menor medida -depende de las circunstancias de cada momento histórico que se considere- vocación nazi-fascista”. El Movimiento Nacional Catalanista es un claro ejemplo de este segundo supuesto: la “vocación” es objetivamente identificable y las “circunstancias” que no hacen viable el proyecto totalitario, también, (económicas, geopolíticas, sociales etc.). Con esta filosofía como telón de fondo redacté el pasado miércoles, al poco de saberse el resultado de las elecciones presidenciales usamericanas, una entrada que titulé “Trump y el ‘procès’”, en tono irónico invitando a “Cocomocho” (Ver también  http://alquife-porlaizquierda.blogspot.com.es/2016/05/por-el-flequillo-al-poder.html)  a no dejar  pasar la oportunidad de conseguir apoyos internacionales en el supuesto de que los partidos de extrema derecha europea repitan la hazaña trumpiana a este lado del Atlántico. Mi análisis apresurado coincide con el que sesudos columnistas de todo el orbe han hecho después de la situación nueva, precursora de un Nuovo Ordine que ponga a cada uno en su sitio. Por si acaso nuestro Conducator Puigdemont se ha apresurado  a felicitar a Trump deseando larga vida a las buenas relaciones entre “nuestras dos naciones”. ¿Sabrá el energúmeno donde situar en el mapa Cataluña? ¿Y Puigdi Oregón?. Entre bobos anda el juego, que escribió Rojas Zorrilla.

Ítem mas, la Prensa publica estos titulares:

La web ‘Politico.eu’ une a Puigdemont con Le Pen y Orban entre los “populistas europeos” como Trump

“El proceso separatista, encarnado ahora por actual el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, es una de las amenazas populistas que afronta Europa, según la versión para Europa del digital estadounidense Político, medio especializado en relaciones internacionales. En uno de sus textos, firmado por Harry Cooper, Político advierte sobre el efecto Trump en el Viejo Continente: "El populismo es el nombre del juego. El año que viene puede traer grandes sorpresas de Europa y no sólo en los países grandes. Aquí están los próximos momentos Trump".

La crónica señala como epítomes del populismo de Trump al exgeneral Rumen Radev, que podría alzarse con la presidencia de Bulgaria el próximo domingo con apoyo de la extrema derecha; al ultraderechista austriaco Norbert Hofer, que encara una repetición de las elecciones el próximo 4 de diciembre; al líder de la Liga Norte italiana, Matteo Salvini, que tras conocerse la victoria de Trump declaró que "ahora es nuestro turno" en relación con la campaña sobre el referéndum para reformar la Constitución italiana para reducir el peso del Senado convocado por el primer ministro, Matteo Renzi, el 4 de diciembre; al partido de la ultraderecha danesa, con grandes opciones de ganar los próximos comicios; al holandés Geert Wilders (las elecciones en su país se celebrarán el 15 de marzo); a Marine Le Pen, que fue la primera en felicitar a Trump; a los checos de Ciudadanos Insatisfechos, otra formación populista, y a Carles Puigdemont, los independentistas catalanes y su anunciado referéndum para septiembre de 2017.

  
El calendario, según Politico, puede confirmar el triunfo del "Trumpfismo" en Europa, una mezcla de demagogia y populismo que el medio aprecia en los antecitados dirigentes políticos y que define como los "próximos grandes momentos Trump".

Y como no podía faltar a la Fiesta reaparece Arturo Mas y se descuelga con lo siguiente:

El expresidente de la Generalidad, Artur Mas, ha colgado un vídeo en redes sociales en el que hace un somero análisis de la victoria de Donald Trump en EEUU. Mas aprovecha la vitoria del republicano contra todos los pronósticos para decir que lo que parecía imposible "acaba resultando posible" y pide a los separatistas que se apliquen "también desde una óptica catalana" esta moraleja, para así "reafirmar nuestra voluntad y nuestro objetivo ante estos meses decisivos que tenemos por delante".
Aunque el desafío separatista en Cataluña no ha rebajado un ápice sus pretensiones, es cierto que la polémica, la algarada y los excesos mediáticos se han enfriado en el último año. No obstante, tanto los de ERC en Madrid, Gabriel Rufián y Joan Tardá, como el presidente Carles Puigdemont, y su antecesor Artur Mas, tratan de aprovechar cualquier ocasión para reafirmar su órdago rupturista. Las palabras de Artur Mas han sido las siguientes:
"Se ha de confiar en que Trump haga de presidente de forma distinta a como lo ha hecho de Candidato. Dicho esto, parecía imposible que Trump ganara, pero ha ganado. Y digo eso porque a ojos de muchos, aquello que a veces parece imposible, incluso en contra de mucha parte de la opinión publicada y de todo tipo de opiniones, acaba resultando posible. Apliquémonoslo también desde una óptica catalana para reafirmar nuestra voluntad y nuestro objetivo ante estos meses decisivos que tendremos por delante".
Pronto el presidente Puigdemont también quiso valorar el resultado electoral en EEUU, e hizo equilibrios para terminar diciendo que "espero que la larga relación de nuestras naciones continúe floreciendo en años venideros" aunque "se abre una época enormemente complicada e incierta".

Es evidente que para estos sujetos lo único importante es eso que llaman Cataluña. En absoluto la democracia y la libertad pese a que no se cansan de repetir que el “procès” es pacífico y democrático.
Una anécdota: Hace un par de años discutía con un nacionalista y le pregunté por el nombre de la persona que mayor había contribuido a la derrota de Hitler, del nacionalsocialismo etc. Puso ojos como platos cuando le informé que había sido Stalín. Calló y aproveché para rematar la cuestión con dos  preguntas  ¿Convirtió eso -la lucha contra Hitler- a Stalín en un demócrata?  Y ¿declararse antifranquista te convierte en demócrata?  No hemos vuelto a hablar de política.



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