En los últimos diez o quince años de su existencia, el Régimen
Franquista, por aquello de las contradicciones internas, aflojó algo en la
censura de libros, sobre todo si trataban de asuntos no dirigidos al gran
público. Apareció la Revista “Cuadernos para el Dialogo” en donde tanto
aprendimos sobre democracia, derechos humanos etc. La misma Editorial inició la
publicación de libros de diverso contenido. El primero de la colección fue una
edición bilingüe de “la Pell de Brau”, poema de Salvador Espriu. Una delicia.
Recuerdo que le siguió “Moral y Sociedad” de L. Aranguren, ensayo que habré leído
más de una docena de veces. En el 70
apareció “Catalanismo y Revolución burguesa” de Jordi Solé Tura. Lo leí
entonces y sigo leyendo fragmentos ahora. Es la tesis de Solé Tura sobre el
principal texto del Nacionalismo Catalán: “La nacionalidad catalana” de Enric
Prat de la Riba. Me animé y leí el original. Recuerdo que me quedé pasmado
cuando puse mis ojos sobre el párrafo en que Prat propugnaba la representación
corporativa: “Mediante el sufragio
universal de los cabeza de familia, por gremios y profesiones, a fin de acabar
con el parlamentarismo que entrega el gobierno de los Estados a los charlatanes
de oficio”. Me dije: Igualico que
José Antonio Primo de Rivera (Familia, municipio y sindicatos). ¡¡que jodio el
Enric¡¡ antes de llegar a ese punto había escrito: “Siendo la nacionalidad una unidad de cultura, un alma colectiva, con
un sentir, un pensar y un querer propios, cada nacionalidad ha de tener la
facultad de acomodar su conducta colectiva, es decir, su política, a su
sentimiento de las cosas, a su sentido, a su libre voluntad. Cada nacionalidad
ha de tener su Estado.”, y para concluir estas citas, la siguiente
“Ya el nacionalismo catalán ha empezado la segunda función de todos los
nacionalismos, la función de la influencia exterior, la función imperialista”.
(……) “el arte, la literatura, las
concepciones jurídicas, el ideal político y económico de Cataluña, han iniciado
la obra exterior, la penetración pacífica de España”. (…….) “El criterio
económico de los catalanes en las cuestiones arancelarias hace años que ha
triunfado. El arte catalán comienza, con la literatura, a irradiar por toda
España. Nuestro pensamiento político ha emprendido su lucha con las
concepciones dominantes, y los primeros combates hacen augurar bien próxima la
victoria”.
Además de un nazifascista avant
la lettre, don Enric era todo un imperialista. ¡¡Qué le vamos a hacer¡¡
Este extenso prólogo viene a cuento para intentar explicarme qué coño quería decir Kiko “Garbancito” Homs, el preinhabilitado, cuando afirmó,
en sesión de 11 diciembre 2013 en el
Pleno del Parlament de Cataluña y dirigiéndose a los diputados de C`s,
«Ustedes tienen un
objetivo político muy claro, que es la liquidación de Cataluña. Y además desde
una visión imperialista».
Homs es un pordiosero intelectual incapaz de argumentar
racionalmente y recurre a la prosopopeya (Cataluña: ¿El territorio? ¿los
habitantes? o ¿un ser espiritual?) como el calamar a la tinta para ocultarse y
escapar. ¿Qué es para este tipo Cataluña?
¿En qué consiste la liquidación de Cataluña? ¿Y lo de la visión
imperialista? ¡¡Menuda empanada mental
tiene el chisgarabís este¡¡
Existen políticos con cara de pedernal. La palma, sin duda,
se la lleva Esperanza “yodescubrilagurtel” Aguirre. Le sigue, a corta distancia Kiko (pronúnciese
Kiku) Homs. Estas gentes, que deberían
estar fuera de la escena pública para no contribuir a su envilecimiento, tienen
un problema de índole psicológico: Ver en los demás tus propios defectos. Al
fenómeno se le llama proyección.
La proyección se produce
cuando una persona niega poseer
algún aspecto, conducta o actitud considerada negativa, y asume que son los
demás los que tienen esa característica. Es una forma de externalización de los
rasgos negativos que tiene una persona, y desplazar el sentimiento de culpa a
una fuerza externa, como puede ser el ambiente, el gobierno, la sociedad u
otras personas.
Existen diversos motivos por los que la psicología humana recurre a la proyección:
salvaguardar la imagen que tienen de si mismos,
culpabilizar a otros para sentir que no tienen la culpa de sus desdichas, deshacerse del
sentimiento de responsabilidad responsabilizando y acusando a otros… es una
especie de defensa psicológica que
permite proteger el ego y asumir
que son especiales, diferentes, y que el
resto de la humanidad, o su gran mayoría, son los que poseen los rasgos negativos.
Desde la psicología evolutiva se da una explicación a este
fenómeno: Tendemos a explicar el mundo con los únicos conceptos que conocemos.
Esto se sintetiza muy bien en el refrán “cree el ladrón que todos son de su
misma condición”. El ladrón que roba porque es muy codicioso y quiere tenerlo
todo sin esfuerzo y sin tener que pagar por ello, asume que todo el mundo
piensa de la misma manera y que todo el mundo hace lo mismo que él cuando se
presenta la oportunidad. Mi amigo V.C.A. empleaba la expresión “Miden por su
propio patrón”.
Como primero son los nacionalistas, luego el nacionalismo y
más tarde, en su caso, las naciones, es lógico pensar que ese “Alma colectiva”
ese “espíritu del pueblo” y demás monsergas se contagia del problema
psicológico que tienes sus constructores y ya tenemos un nacionalismo
etnicista, supremacista y excluyente: La
culpa de nuestros males la tienen los otros¡¡ ¡¡Cojonudo¡¡
Se aproximan malos tiempos para Kiko. Por el momento su Jefe,
el que decía que era el único responsable del carnaval plebiscitario, le está
abandonando. Cuando lo “emplumen” estará solo, fané y descangayado. El “pueblo”
no saldrá a la calle para rescatarlo, y es
que: “Kiko debías haberte quedado en el pueblo, casado con la Nuri y estarías
regentando el “colmado” de su padre”. Otra vez será, de momento que no te vaya
bonito.
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