Durante los años inmediatamente siguientes a la finalización de la Guerra Civil estuvo
en boga entre las gentes jóvenes peinarse con
tupé, es decir, levantar, al
peinarse, sobre la frente un rizo del
pelo. Seguramente por aquello del "Alzamiento" al referido tupé se le
denominó "Arriba España". El tupé volvió a ser considerado elegante
con el "Rock and Roll" o más
concretamente con su más famoso
intérprete, Elvis Presley, cantante nacido en Tupelo (Misisipi). y ahora
ha vuelto con fuerza, mucho chicos lo
llevan, sin saber, posiblemente, la historia del tupé.
La verdad es que no sé el porqué cuento estas cosas sobre el
tupé, cuando en realidad quería hacerlo
sobre el peinado contrario: el flequillo Me resulta inquietante que gentes con
trayectorias vitales tan distintas como los cuatro personajes cuyas fotografías
acompaño usen el mismo corte de pelo. ¿Tendrán algo más en común? Veamos.
El primero de la lista es el multimillonario, racista,
ultraconservador, y violento Donald Trump que aspira a ocupar la Casablanca a
partir de Noviembre. No ganará, pero si lo consigue va a dejar tamañito a Donald Reagan y a los Busch.
El tipo de la segunda fotografía es un tal Joan María Piqué.
Se preguntaran Vds., dilectos lectores, quién coño es ese Piqué. Procedo a
informar. El nota es nada más ni nada menos que el Palanganero Mayor de la
Proto-república (perdóname amado Platón por utilizar el vocablo) Catalana. No sean Vds. malpensados, el tipo no trabaja
en un prostíbulo ni lleva agua ni utensilios de higiene a las habitaciones para
las abluciones poscoitales. No. Utilizo la expresión como lo hacen los
argentinos, peruanos etc. Es un chico para todo del expresidente Artur Mas, el Astuto. Cuando este
artista ocupaba el cargo, Pique era su Jefe de Prensa o algo así. Ahora hace lo
mismo y, al parecer, con las mismas ínfulas, vamos que siga chupando del
Presupuesto. Hay que seguir de cerca a este sujeto, sin duda nos dará materia
para más de un comentario.
El Tercero es “el meu amic Cocomocho”. Su flequillo es
especial. Hay quien afirma que el piernas éste es calvo y su peluquero no
encontró un bisoñé más barato que el que ahora luce el figura.
La cuarta fotografía recoge el semblante dubitativo de la
diputada Anna Gabriel, con su flequillo. En esta ocasión hilaré más fino porque
he de confesarle que casi todas las mujeres con ese estilo de corte (Lulú) me agradan. No es el caso de la
señorita Gabriel, amén de sus ideas -algunas, pocas- de las cuales comparto, ella no me gusta. Posiblemente sea su
sobreactuación para ocultar sus carencias de todo orden. Otro día lo analizaré
mejor.
Los cuatro han tocado poder. Tienen algún poder, económico,
de influenciar, político-demediado y vicario, o de inquietar a sus paisanos burgueses. ¡¡Por
el flequillo al poder¡¡
Me queda el consuelo de creer que en menos de un año estos
personajes habrán desaparecido de los media. Amén





No hay comentarios:
Publicar un comentario