El 19 de mayo de 2011
fui a Madrid a celebrar el 98º aniversario de mi progenitor (todavía celebraría
dos más) y después del festejo me dejé caer por la Puerta del Sol. Volví en
varias ocasiones en días posteriores. Me gustó lo que vi y oí. Política en
estado puro. Debate, discrepancias respetuosas, hermanamiento de generaciones
etc. Gentes de mi generación que también habían dejado la militancia política
cuando lo del “desencanto”, acostumbrados a las discusiones enconsertadas, a
recibir doctrina del ”politburó” de
turno auguraban un fracaso al movimiento que se inició del 15 de mayo. Personalmente,
haciendo un ejercicio de voluntarismo quise creer que ahí estaba la “antítesis”
a la “tesis” de la crisis-economica-ajuste-de-cuentas-al-movimiento-obrero etc.
Y esperé.
Como entre mis muchos defectos no figura el de la “falsa
modestia” puedo afirmar y así lo hago que en buena medida acerté. La victoria
de la derecha extrema estaba cantada. El desmoronamiento de la socialdemocracia
y otros efectos colaterales, y como la política imita a la naturaleza y
ésta no soporta el vacío, las buenas
gentes, esas que se había tragado los mensajes despiadados de los demagogos de la derecha, al verse afectados por las
políticas del Gobierno Popular (sic), políticas austericidas que comportaron
mermas en servicios públicos esenciales y, sobre todo, que el partido que daba
soporte al Gobierno era un organización montada para estrujar el limón de los
fondos públicos en beneficio de los dirigentes, según reza un Auto Judicial, y
sobre todo, decía, las gentes salieron a manifestarse y se organizaron.
El Poder, el Sistema, el Régimen de alternancia de Partidos,
la casa, en fin, no le dio importancia al principio. Hoy 26-6-2015 es ya tarde
para rectificar: han perdido el poder municipal y autonómico más significativo
y el hostión electoral parece garantizado para la derecha
económico-político-religiosa y la prueba está en el nerviosismo que se aprecia en el Poder y por ello sueltan
a sus perritos falderos mediáticos para magnificar cualquier desliz de la
muchachada que ha accedido al poder. Patéticos resultan una vez más.
Sirva este amplio prólogo para situar el “objeto” de este
comentario.
Muchas gentes de la Meseta, gentes con cultura política son
particularmente sensibles al fenómeno que llaman los nacionalismos periféricos.
Las criaturitas a que me refiero construyen un silogismo del siguiente tenor: A)Franco
era un dictador genocida B) Franco era contrario a la independencia de
Cataluña, luego, (conclusión) loa independencia de Cataluña es algo cojonudo
que todo demócrata, progresista a la violeta etc debe de apoyar y el que no
haga tal es un hijoputa fascista. En otras palabras: Los enemigos de mis enemigos son mis amigos.
Y ahí se quedan los muy simplones.
Uno de estos simplones a los que me refiero es sin duda
Pablo Iglesias, el joven. Veamos.
Que Iglesias tiene una acreditada formación política –es Doctor
en la materia y profesor de la misma- resulta, a estas alturas una obviedad
clamorosa. En consecuencia sabe que los Nacionalismos son cosas de la derecha,
ideología con mínimo músculo, generador de muerte y sufrimiento sin cuento y,
parafraseando a Luckas “Un asalto a la razón” y si esto es así cabe preguntarse
qué cojones hace conversando con ese
tipo con cara de seminarista pajillero, partidario de la inmersión lingüística para
“no fragmentar la sociedad” (el bobo no ha oído hablar de las clases sociales)
o reuniéndose con gente de Sor Intrépida. Delirante.
Cabe la posibilidad
de que Willy Toledo esté en lo cierto cuando afirma que Iglesias es imbécil o bien
que nuestro hombre sea más listo de lo que aparenta.
Seguiré mañana esta segunda hipótesis.
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