martes, 30 de junio de 2015

El clericalismo es una enfermedad y además pecado.

Repasando la Prensa Digital de hoy 29-6-2015 me he topado con la noticia que reproduzco a continuación:

Un párroco de Sevilla: ‘¿Es la homosexualidad una patología o una enfermedad?’

El artículo del párroco antes de ser retirado de la web.

La pregunta que se hace el eclesiástico me ha sumido en profundas reflexiones, reflexiones que son de dos clases. 
A) De carácter semántico. Veamos. La pregunta se formula como frase disyuntiva, es decir, el clérigo se interroga sobre si la homosexualidad es una patología o, por el contrario la homosexualidad es una enfermedad.  Maria Moliner des su Diccionario entiende que la patología es el conjunto o síntomas de una enfermedad. Empero, uno de los sinónimos de enfermedad es patología. En el mismo sentido se pronuncia el Diccionario de la RAE. Otros recopilatorios de palabras y sus significados reservan el concepto Patología para la ciencia que estudia las enfermedades.
En resumen,  la disyuntiva que hace el misacantano es irrelevante porque a los efectos es igual que sea una enfermedad o los síntomas de una enfermedad ¿de cuál?.
B) La clricalla vive de un cuento, a saber: Un tipo de luenga barba creo el mundo (el sol, la luna, las estrellas, las plantas, los animales, el hombre y de éste la mujer y así) y la creación no se ha detenido de tal manera que hombres y mujeres en edad fértil, unidos en santa coyunda o himeneo completan la obra del Creador y se echan los polvetes de reglamento y si al Jefe le va bien pues la hembra queda preñada. Para que la gente se anime a colaborar con el Creador, éste ha añadido el placer como acicate a que el personal se dedique al fornifollicio, placer que debe quedar circunscrito a  la cosa de la reproducción y si las gentes, de natural lujuriosas y salidillos buscan el placer sin colaborar con la obra del Sumo Hacedor pues al puto Infierno "pa los restos", o sea si una señora, pasados ya los sofocos del medio siglo de edad decide darle una alegría al cuerpo: Pecado, que se joda y se aguante.
Si esto es así entre hombres y mujeres pensar lo que opina la Santa Madre Iglesia sobre las relaciones sexuales entre gentes del mismo sexo (genero tienen las palabras). Poco importa que casi nadie en su sano juicio siga esta perversa doctrina pero es el único soporte que les queda para seguir mamando de los incautos. O controlan al personal por el sexo o se van a tener que poner a trabajar ¿en qué?.
¡¡Sigo sin entender porque estos emponzoñadores siguen comiendo del Presupuesto que engordamos las "fuerzas productivas".  ¡¡Que Dios nos coja confesados¡¡

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