Mientras me
aseo cada mañana tengo la inveterada costumbre de escuchar la Radio lo que
acredita A) que soy capaz de hacer dos cosas al mismo tiempo, B) que soy un tío
limpio y C) que procuro estar informado. En éstas oigo a una periodista (sic)
que informa (sic) sobre el proyecto de Ley patrocinado por la Srª Mato, Lady
Jaguar, ministra de la cosa, sobre reproducción asistida, proyecto de Ley que
pretende, según la gacetillera dejar fuera de ese tipo de tratamientos a las
mujeres lesbianas. Al escucharla casi me corto la cara con la cuchilla ya que
yo desconocía que existan lesbianas que no sean mujeres. ¡Joder con la
intelectual¡. Así que he inaugurado una Sala en mi MUSEO DE LA INFAMIA que
denominaré “Por la boca muere el pez” y allí alojaré a los que destrozan el
instrumento que les da de comer: el lenguaje.
No obstante
lo anterior pienso estudiar ese proyecto con detenimiento ya que si a partir de
ahora cuando las mujeres vayan al médico, éste las va a interrogar sobre sus
inclinaciones sexuales lo lógico es que a continuación se extienda a los
hombres. Si se produce el negado supuesto (¡toma ya expresión culta¡), me
imagino acudiendo al médico para tratarme el priapismo psicológico que padezco
y el Galeno me diga: Sr. Pérez ¿usted es maricón? Y claro está me cambio a “la
privada” porque no quiero que mis inclinaciones se conozcan. Empero (bonita
palabra eh¡ tios) le diría al médico: “Doctor, yo, como Don Mariano soy
maricomplejines (Federico Jiménez Losantos dixit) pero yo no pienso regenerarme ni a cambio de la Presidencia del Gobierno”.
(¡toma ya maldad¡).
Os dejo
queridos/as que estoy trabajando en el “cuadro” de Aznar. Hasta luego, besitos.
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