Después de algo más de tres meses vuelvo a escribir; una estúpida caída: un húmero hecho añicos y el brazo en cabestrillo que me ha impedido teclear. Me he perdido el poder comentar acontecimientos importantes: elecciones catalanas, pacto sobre pensiones, revueltas en los países del Mediterráneo Sur etc. Aunque todavía tengo el brazo parcialmente inhabilitado no me resisto a asomarme a esta página. La noticia del día y de los próximos meses será sin duda la caída del sátrapa egipcio Mubarak y el avisado lector se preguntará la razón por la que titulo esta "entrada" Giuseppe Tomasi. Una pista: el tal Tomasi tenía un título nobiliario, el de Príncipe de Lampedusa por lo que es mundialmente conocido, gracias a su novela El Gattopardo, cuya versión cinematográfica es, sin duda, una de las obras maestras del séptimo arte. Pues bien, en la referida novela, el protagonista afirma que "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".
Traigo esta frase a colación porque mucho me temo que la "revolución egipcia" quede en una simple revuelta y la dictadura de Mubarak de paso a una Transición a la democracia tutelada por las gentes del dictador tal y como sucedió en España. La causa de mi recelo es más que evidente: un mundo árabe democrático haría innecesaria la existencia del Estado de Israel, considerado como portaviones estadounidense para vigilar a los países productores de petroleo. El actual sistema de correlación de fuerzas se mantiene sobre la base de regímenes dictatoriales en las naciones árabes y si éstos caen que interés puede tener el "Sistema" en mantener al estado sionista, me pregunto. La respuesta está en la antológica frase del de Lampedusa
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