Carlos Dávila es un periodista madrileño, más de derechas que
Franco y que a buen seguro piensa que Mariano Rajoy es un peligroso comunista. Ni que decir tiene que es un auténtico
conspiranoico, en la mejor tradición del periodismo puesto al servicio de unos
intereses políticos, normalmente reñidos con la verdad objetiva.
Hace algún tiempo y por casualidad sintonicé une emisora de
Tv en donde se emitía una “tertulia” donde participaba Dávila y conocí el
careto del individuo, careto que está en consonancia con sus ideas casposas y
consecuentemente cambié de “cadena”.
Hoy he vuelto a leer un artículo de este calvorota dada la
repercusión que ha tenido en los terminales mediáticos de propaganda del
Régimen pospujolista y he llegado a la
conclusión que Dávila es un tipo cachondo que como buen nacionalista conoce a
los de su propia cuerda, aunque en bando contrario, y les ha gastado una broma
pesada.
Leamos algunos párrafos del escrito de Dávila:
¿Nos está diciendo la verdad el Gobierno sobre lo que pasa
realmente con Cataluña? Todo parece indicar que no. En la realidad, no está tan
claro que la Generalitat esté perdiendo el partido.
“¿Nos está diciendo la verdad el Gobierno sobre lo que pasa
realmente con Cataluña? Todo parece indicar que no. En la realidad, no está tan
claro que la Generalitat esté perdiendo el
partido.
Desde hace meses, desde los primeros días de septiembre,
Rajoy tiene sobre su mesa de trabajo el informe, confidencial como no puede ser
de otra manera, de los servicios de inteligencia (en plural y en minúscula
porque son varios estos servicios) en el que, al menos, se informa de tres
conclusiones de extraordinaria trascendencia: primera, de que empieza a abrirse
una brecha de solidaridad con España en algunos países europeos; segunda, de
que hay un “embajador” catalán en Viena que está llevando con singular éxito
las relaciones del Govern con la Unión Europea y más concretamente con los
estados que más recientemente se han constituido como tales; tercera, que, y
esto resulta medianamente positivo, no existen demasiadas posibilidades de que
al fin, Puigdemont y su cuadrilla puedan celebrar, como quieren y pretenden, el
referéndum de independencia.
Aún se puede añadir una cuarta conclusión: que el actual
descenso del ánimo independentista, el “soufflé”como se le denomina en los
citados servicios de inteligencia, puede revertirse, cambiar en cualquier
momento; es más, en muy breve plazo. ¿Cómo? Fácil si el fuguista presidente de
la Generalitat consigue que los anarquistas furiosos de la CUP aprueben sus
Presupuestos, y si sale de su prevista, y aún no fijada, entrevista con Rajoy,
presentándose como una víctima absoluta de la intransigencia de “Madrit”.
El Gobierno popular español conoce también al dedillo las
actividades del denominado abusivamente “embajador” de Cataluña en Austria, un
experto en relaciones internacionales, que habla mejor alemán que la propia
Merkel, al que se le califica como “especialmente listo” en los informes de la
Inteligencia. Este Adam Casals lleva trabajando en Viena desde julio de 2005 y
desde luego sus cometidos se alargan mucho más de los reducidos que pueda
desarrollar en la ciudad del Danubio Azul, porque Casals tiene encomendadas por
el peculiar conseller de Exteriores de la Generalitat, el madrileño Raúl
Romera, las relaciones nada menos que con otros cinco estados más: Eslovenia,
Croacia, Chequia, Eslovaquia y Hungría.
No es inocente este encargo porque los primeros países
citados son independientes desde hace apenas treinta años y tienen una
sensibilidad muy notable respecto a procesos de secesión como los que ellos
vivieron tras las caída del telón de acero y la consiguiente derrota del
régimen soviético. Inteligencia y por
tanto el Gobierno saben de las martingalas de este individuo y son, según hay
que esperar, perfectamente conscientes del peligro que supondría el triunfo de
las actividades, muy bien financiadas por cierto con el dinero de todos los
españoles, de Casals, su representación y por consiguiente del Govern de la
Generalitat.”
Fin de la cita.
Ruego a vuesas mercedes que observen las dos fotografías
adjuntas
Sí, sí, es EL¡¡¡
Observen las patibularias patillas. Y el pelo: en la primera
se observa que el tipo ahorra en champú y lo tiene sucio y en la segunda, ya
limpio, esboza un tupé de los llamados “arriba España”. George Bryan Brummel y Petronio fueron
conocidos, en su tiempo, como “arbiter elegantiarum”. No creo que sea el caso
del sujeto que nos ocupa. Reparen en las
gafas, modernas ellas, inadecuadas para un “carapan” como éste y ¿qué me dicen de la
corbata? Debe ser un mensaje subliminal -cuadros escoceses por aquello del referéndum-.
Es obvio que Dávila trata de presionar al Gobierno para que
endurezca la política con los sediciosos cortando el grifo de la
financiación etc y no se le ha ocurrido
otra cosa mejor que afirmar que existe un Informe de los Servicios de
Inteligencia sobre el fiasco catalán -deben existir docenas de ellos- donde se dice que este pollo es especialmente
listo dado que habla alemán. ¡¡Hay que jorderse con Dávila¡¡.
Veamos la respuesta a Dávila de Casals, entre bobos anda el
juego,
“Esta mañana, Mònica Terribas empezaba su programa en
Catalunya Ràdio preguntándose si tenía que ser extraordinario que un delegat
del Govern realizara bien su trabajo. Y es que el artículo de Carlos Dávila en
Esdiario, del que ayer se hacía eco en primicia El Nacional y después toda una
serie de medios, ha levantado mucha polvareda.
El artículo pone de manifiesto el creciente nerviosismo en
Madrid en relación con las actividades y el despliegue internacional del
verdadero "Ministerio" de Exteriores catalán, dirigido con gran
eficiencia y visión estratégica por el conseller Raül Romeva, en este Govern hiperactivo
del vicepresident Junqueras y el president Puigdemont.
Siguiendo los argumentos de Terribas, no debería ser noticia
que Catalunya defienda sus intereses nacionales de forma eficaz en el exterior,
ni que para hacerlo no dude en hablar con todos los interlocutores posibles, en
todos los escenarios posibles y en todos los países posibles. Esta es una parte
del trabajo que desarrollamos, día a día, el personal de Exteriors por todo el
mundo. Porque nuestro trabajo es generar simpatías para nuestro país, allí
donde vamos. Y lo hacemos muy bien. No lo digo yo; lo dice el CNI.
Pero eso no significa que tengamos nada en contra de España,
sino al contrario. Catalunya es el único sitio de España donde hay una
oposición real y vertebrada al Gobierno del Partido Popular. Catalunya es el
único lugar donde la sociedad civil y la clase política han vertebrado, con los
años, un proceso ilusionante y una alternativa de futuro; un proyecto positivo,
cívico, democrático, de construcción de un nuevo país mejor que el actual,
donde nuestros hijos podrán vivir mejor que nosotros. Y esta es la verdadera
novedad en una España que ha perdido la ilusión porque, a pesar de probarlo
todo, han acabado ganando otra vez los de siempre, con todo lo que ello
comporta, presuntamente.
Lo que sí que es preocupante es que el CNI, con el dinero de
todos los españoles, y por lo tanto también de los catalanes, se dedique a
espiar las actividades de un gobierno amigo y hermano, como es el Govern de
Catalunya, representante legal del Estado en nuestro país. Un Govern con una
legitimidad democrática indiscutible, y con una legitimidad histórica anterior
a la Constitución española y que emana de las tradiciones y de las
Instituciones de la Catalunya soberana de la Edad Media.
Si eso sucediera en Baviera, o en Flandes, o en
Quebec, o en Sajonia, en otros países o Länder que tienen servicios exteriores
propios y eficientes, el escándalo sería máximo. Porque Catalunya no es Corea
del Norte. Catalunya es un país democrático y próspero en un sitio estratégico
del Mediterráneo Occidental, y una de las naciones decanas de Europa, fundada
hace más de mil años por un rey francoalemán. Catalunya, y sus ciudadanos, y sus contribuyentes, se merecen, nos merecemos, el respeto de las
Instituciones del Estado español.
Y es esta falta de respeto
continuada, de los que ya no nos consideran parte de su Estado y por eso nos
espían, y ordenan que se nos espíe, lo que llevará a este país, de manera casi
segura, a las puertas de una próxima independencia. Porque hay que decir basta,
a todo esto.
Adam Casals, Delegat del Govern de
Catalunya en Austria”
El escrito
pone de manifiesto que estamos ante un “pelota” de marca mayor, especialista en
dar jabón a sus Jefes, en eutobombo, en análisis simplistas, en desconocimiento
de la historia general y de las ideas políticas en particular. Vamos ¡¡un
pardillo¡¡ al que le viene como zanahoria
al c+++ en cargo de Embajador en el Imperio Austrohúngaro. ¡¡Vaya
tropa¡¡.


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