domingo, 24 de abril de 2016

Puigdemont ¿falaz o paranoico?



“El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha abogado por aprovechar la jornada de Sant Jordi para reivindicar la lengua y la cultura catalana ante los "dragones feroces, que hay y muchos, que quieren atenazar".
En su primera Diada de Sant Jordi desde que el 10 de enero asumió la presidencia de la Generalitat, Puigdemont ha subrayado que una fiesta como la de hoy sirve, entre otras cosas, para "reivindicar la lengua y la cultura catalanas".” (De los periódicos) (24-4-2016).
La psiquiatría moderna ya no utiliza el adjetivo paranoico cuando diagnostica  un determinado estado de salud mental, ahora se habla de “trastorno delirante”  y engloba en el concepto los siguientes tipos:
Tipo erotomaníaco : delirio de que otra persona, normalmente de un estatus superior, está enamorado del individuo.
Tipo de grandiosidad: delirio de que el individuo tiene un talento extraordinario, poder, conocimiento, o una relación especial con una deidad o una persona famosa.
Tipo celotípico: delirio de que el compañero sexual del individuo le está siendo infiel.
Tipo persecutorio: delirio de que la persona está siendo tratado con mala intención: espiado, envenenado, perseguido, etc.
Tipo somático: delirio de que la persona tiene algún defecto físico o alguna enfermedad,
También se puede dar un diagnóstico del 'tipo mixto' o del 'tipo no especificado' si el delirio no pertenece a ninguna de estas categorías.
 Para lo que aquí interesa me detendré en  la megalomanía (tipo de grandiosidad)  y el persecutorio
La megalomanía es una condición psicopatológica caracterizada por fantasías delirantes de poder, relevancia, omnipotencia y por una henchida autoestima. Históricamente fue usada como un nombre para un desorden de la personalidad narcisista y que por lo habitual está relacionado con la manía persecutoria (no nos quieren, no nos entiende etc).
Con  los datos expuestos se  puede afirmar, sin caer en hipérbole, que el tal Puigdemont o miente como un bellaco o está afectado de  megalomanía y de manía persecutoria en la línea de aquel cretino que a principios del siglo XX escribió que  “los catalanes son seres de excepción por el hecho de ser hijos de la tierra de la verdad.  Porque serán catalanes, todos sus gastos, donde vayan, les serán pagados. [...] y se les ofrecerá el hotel, el más preciado regalo que se le pueda hacer a un catalán cuando viaja. Al fin y al cabo, y pensándolo bien, más valdrá ser catalán que millonario. (Francesc Pujols) o los que sostienen que “Si es catála es bo y si es bo es catalá”. Y claro está, como la historia de Cataluña es un rosario de desastres, frustraciones, planteamientos políticos delirantes etc es menester encontrar una razón que  exonere a los catalanes de responsabilidad en sus fracasos y la encuentran en que los “otros”, los que nos los quieren, fundamento de toda manía persecutoria..
El escenario que presentan los ideólogos (sic) del nacionalismo catalán es siempre la confrontación España contra Cataluña, como si fueran conceptos equiparables: únicamente a un necio trata de comparar la lengua castellana y el catalán, la cultura española y la catalana, la historia etc. Pues bien, ellos las comparan y no sólo eso creen firmemente que en Madrid lo único que  hacen,  nada más iniciar la jornada  laboral,  los españoles es crear estrategias para acabar con el catalán y la cultura catalana. Y me pregunto ¿es posible que estos imbéciles piensen que la lengua y la cultura catalana le interesa a nadie que no viva apesebrado a ella?.
Han creado una sociedad de enfermos mentales, pagados de sí mismos, prepotentes y catetos provincianos, sustituyendo a otra liberal, creadora, moderna. La historia los juzgará.


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