“El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha
abogado por aprovechar la jornada de Sant Jordi para reivindicar la lengua y la
cultura catalana ante los "dragones
feroces, que hay y muchos, que quieren atenazar".
En su primera Diada de Sant Jordi desde que el 10 de enero
asumió la presidencia de la Generalitat, Puigdemont ha subrayado que una fiesta
como la de hoy sirve, entre otras cosas, para "reivindicar la lengua y la cultura catalanas".” (De los
periódicos) (24-4-2016).
La psiquiatría moderna ya no utiliza el adjetivo paranoico
cuando diagnostica un determinado estado
de salud mental, ahora se habla de “trastorno delirante” y engloba en el concepto los siguientes tipos:
Tipo erotomaníaco : delirio de que otra persona, normalmente
de un estatus superior, está enamorado del individuo.
Tipo de grandiosidad: delirio de que el individuo tiene un
talento extraordinario, poder, conocimiento, o una relación especial con una
deidad o una persona famosa.
Tipo celotípico: delirio de que el compañero sexual del
individuo le está siendo infiel.
Tipo persecutorio: delirio de que la persona está siendo
tratado con mala intención: espiado, envenenado, perseguido, etc.
Tipo somático: delirio de que la persona tiene algún defecto
físico o alguna enfermedad,
También se puede dar un diagnóstico del 'tipo mixto' o del
'tipo no especificado' si el delirio no pertenece a ninguna de estas
categorías.
Para lo que aquí
interesa me detendré en la megalomanía (tipo de grandiosidad) y el
persecutorio
La megalomanía es una condición psicopatológica caracterizada
por fantasías delirantes de poder, relevancia, omnipotencia y por una henchida
autoestima. Históricamente fue usada como un nombre para un desorden de la
personalidad narcisista y que por lo habitual está relacionado con la manía
persecutoria (no nos quieren, no nos entiende etc).
Con los datos
expuestos se puede afirmar, sin caer en
hipérbole, que el tal Puigdemont o miente como un bellaco o está afectado
de megalomanía y de manía persecutoria
en la línea de aquel cretino que a principios del siglo XX escribió que “los catalanes son seres de excepción por el
hecho de ser hijos de la tierra de la verdad. Porque serán catalanes, todos sus gastos,
donde vayan, les serán pagados. [...] y se les ofrecerá el hotel, el más
preciado regalo que se le pueda hacer a un catalán cuando viaja. Al fin y al
cabo, y pensándolo bien, más valdrá ser catalán que millonario. (Francesc
Pujols) o los que sostienen que “Si es catála es bo y si es bo es catalá”.
Y claro está, como la historia de Cataluña es un rosario de desastres,
frustraciones, planteamientos políticos delirantes etc es menester encontrar
una razón que exonere a los catalanes de
responsabilidad en sus fracasos y la encuentran en que los “otros”, los que nos los
quieren, fundamento de toda manía persecutoria..
El escenario que presentan los ideólogos (sic) del
nacionalismo catalán es siempre la confrontación España contra Cataluña, como
si fueran conceptos equiparables: únicamente a un necio trata de comparar la
lengua castellana y el catalán, la cultura española y la catalana, la historia
etc. Pues bien, ellos las comparan y no sólo eso creen firmemente que en Madrid
lo único que hacen, nada más iniciar la jornada laboral,
los españoles es crear estrategias para acabar con el catalán y la cultura catalana.
Y me pregunto ¿es posible que estos imbéciles piensen que la lengua y la
cultura catalana le interesa a nadie que no viva apesebrado a ella?.
Han creado una sociedad de enfermos mentales, pagados de sí
mismos, prepotentes y catetos provincianos, sustituyendo a otra liberal,
creadora, moderna. La historia los juzgará.
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