sábado, 23 de abril de 2016

Bocas paralelas
















Observad, queridos míos, el careto de estos tres sujetos. ¿Ya? Amén de  las afinidades ideológicas que luego se dirán, resulta obvio que existe identidad de propósito de esbozar una sonrisa pero, como puede observarse,   todo acaba en un fiasco. Los protagonistas de esta "entrada" están dotados de unos labios finos -rasgo autoritarios al decir de los expertos- que conforman una bocas - bocas a las  los que los castizos llaman bocachichi-. Haced la prueba: Aislar las bocas, pasad de la posición horizontal a la vertical y constatareis la veracidad de lo que afirmo o en su defecto tomad un ejemplar de cualquier volumen de la colección La sonrisa vertical y el resultado es harto elocuente.





No recuerdo quien afirmó que "a partir de los cuarenta años todos los individuos son responsables de la cara que tienen", tesis que comparto plenamente y si se me permite el matiz yo excluiría a estos tres sujetos, los cuales, sin duda alguna, ya apuntaban maneras desde su más tierna infancia.  Observad al "nota" que está a la izquierda de la fotografía y de Rajoy. Todo hace suponer que el zangolotino en cuestión va ataviado para su Primera Comunión. Seguro que estáis intentando averiguar quién es el monstruito. ¡A ver, allá al fondo, el que tiene el brazo alzado¡ ¿Tú lo sabes?-¿es  el comisario Marhuenda?-  Efectivamente muchacho. Buen ojo. Sí,  es el ínclito  y nunca bien ponderado Marhuenda.



Tengo que confesar que soy un sentimental y de tanto criticarle le estoy empezando a tomar cariño, lo cual no empece para que siga produciéndome repugnancia ideológica. Y es que tengo la intuición de que este muchacho debió de ser objeto de mil y una bromas pesadas en el Colegio y eso le marcó irremediablemente hasta el punto que como sus antiguos compañeros se hicieron de partidos nacionalistas catalanes el vino a  a dar a la mar que es el morir, al decir del poeta,  y se hizo españolista hasta las cachas y medró como es público y notorio. (Estos políticos catalanes, con independencia de su ideología siempre sacan provecho de sus opciones ideológicas, que jodios¡¡)





El de la fotografía de arriba es Juan Cotino, supernumerario del Opus Dei. Que ha sido imputado judicialmente por saqueo de fondos públicos, gastados generosamente con ocasión de la visita a Valencia del Papa Benedicto y confío en que lo sea también por el accidente del Metro de Valencia que tuvo lugar una semana antes de la visita del Vicario de Dios en la Tierra y en todas las Galaxias.



Sinvergüenzas hay de mil categorías, clases y condiciones pero los que más me joden son los hipócritas como Cotino. Veamos que dijo el Fundador del Opus Dei sobre el fin que persigue los miembros de la Secta:





Dice el libro "Conversaciones" en su sinopsis: El libro “Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer” recoge siete entrevistas que concedió san Josemaría, entre 1966 y 1968, a Le Figaro, The New York Times, Time, L'Osservatore della Domenica y a varias revistas españolas (Telva, Gaceta Universitaria y Palabra).



En el punto 62, se le formulan dos preguntas al fundador; la segunda es:



-¿Qué compromisos asume cada socio para realizar los fines del Opus Dei?



Respuesta del fundador (doctrina externa o respuesta de cara a la galería o medias verdades):



-"La perfección —que busca el socio del Opus Dei— es la perfección propia del cristiano, sin más: es decir, aquella a la que todo cristiano está llamado y que supone vivir íntegramente las exigencias de la fe. No nos interesa “la perfección evangélica”, que se considera propia de los religiosos y de algunas instituciones asimiladas a los religiosos; y mucho menos nos interesa la llamada vida “de perfección evangélica”, que se refiere canónicamente al “estado religioso”.



"El camino de la vocación religiosa me parece bendito y necesario en la Iglesia, y no tendría el espíritu de la Obra el que no lo estimara. Pero ese camino no es el mío, ni el de los socios del Opus Dei. Se puede decir que, al venir al Opus Dei, todos y cada uno de sus socios lo han hecho con “la condición explícita de no cambiar de estado”. La característica específica nuestra, es santificar el propio estado en el mundo, y santificarse cada uno de los socios en el lugar de “su encuentro” con Cristo: éste es el compromiso que asume cada socio, para realizar los fines del Opus Dei." (Conversaciones, punto 62).







Joder con la vocación evangélica del cenutrio: forrarse de pasta para mayor gloria propia. Confío en que esa mueca que es su intento de sonrisa se le hiele cuando vaya al trullo y ni un mensaje de Rajoy -nuestro tercer bocachichi- le consuele:"Cotino sé fuerte".

Ni que decir tiene que los tres son tipos de derechas, de la derecha montaraz, cateta, soberbia y explotadora en la mejor línea del nacionalcatolicismo patrio. ¡¡Sanguijuelas¡¡.



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