sábado, 21 de noviembre de 2015

Tiempo de espera. Material para entender "eso" del Nacionalismo II


viernes, 30 de julio de 2010

Materiales para el estudio de los nacionalismos 1.

Terry Eagleton publicó un artículo en el número 1 de la versión en castellano de la prestigiosa revista de izquierdas New Left Review, artículo del que reproduzco sus primeros párrafos.

"La Ilustración y sus secuelas románticas dieron lugar a dos doctrinas
que se distinguen únicamente por la letra s*. La primera consistía en
que el pueblo (people) tenía derecho a la autodeterminación; la segunda
en que los pueblos (peoples) contaban con este derecho. La
primera creencia es la piedra angular de la democracia moderna, y
desde luego del socialismo; la segunda es un ejemplo de mistificación
romántica, lo que no ha evitado que buena parte de la izquierda
política la hiciera suya. Tampoco su fundamentación filosófica ha
recibido mucha atención en la literatura común acerca nacionalismo.
No hay nada en el hecho de ser irlandés o tibetano que implique
que se tenga un derecho político a la autodeterminación precisamente
por ser irlandés o tibetano, a no ser en la medida en que ser
irlandés o tibetano significa ser humano, lo que permite disfrutar de
un derecho a la autodeterminación sobre tales bases. Los irlandeses en tanto que irlandeses no tienen más derecho a la autodeterminación que
los pecosos, los pelirrojos o los patizambos. Hasta el momento, ni
los golfistas ni los tenderos han exigido un Estado político propio, y
la gente de Cornualles en tanto que gente de Cornualles tendría tanta legitimidad
natural para ello como los anteriores.
Puede que existan determinadas condiciones extremas –la amenaza
de genocidio, por ejemplo– que justifiquen que un grupo étnico
cuente con su propio Estado, pero por regla general no hay que dejarse
llevar por los casos extremos. Más adelante consideraremos
otras condiciones menos extremas. Puede darse el caso de que se
pertenezca a una comunidad política que coincida territorialmente
con un grupo étnico específico, pero el derecho de autodeterminación
de dicha comunidad es una cuestión política, y no una cuestión
que venga dada por la etnicidad. Una persona étnicamente escocesa
no está indiscutiblemente legitimada para participar en una futura Escocia
autodeterminada si ha optado por permanecer en Tasmania
como residente. La gente tiene derecho a afirmar su identidad étnica;
pero no existe en principio ninguna razón que implique que para hacerlo
necesiten formar su propio Estado. En cualquier caso, el derecho
a la libre autoexpresión cultural, para que sea disfrutado igualitariamente
por todos los grupos étnicos, supone en sí mismo un
compromiso previo con ciertos valores universales de justicia, igualdad,
autonomía y otros por el estilo. Y dicha autoexpresión cultural
está limitada asimismo por los derechos políticos de los demás. Con
el debido respeto a buena parte del pensamiento postmoderno que,
en este sentido, no se asemeja más que a un ingenuo libertarianismo
romántico, la autorrealización cultural no es un bien absoluto en sí
mismo, si, por ejemplo, un caso particular de ésta amenaza el marco
democrático que asegura dichos derechos para todo el mundo. También
en este sentido, la política está por encima de la cultura".

Condición previa al estudio del fenómeno nacionalista es fijar el concepto de "nación" y propongo el siguiente, de un antropólogo significado en la materia, Benedict Anderson, autor de un texto imprescindible en la materia : COMUNIDADES IMAGINADAS en la que propone la siguiente: una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana. Es imaginada porque aun los miembros de la nación más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas. Es limitada porque incluso la mayor de ellas tiene fronteras finitas. Se imagina soberana porque el concepto nació en una época en que la Ilustración y la Revolución estaban destruyendo la legitimidad del reino dinástico jerárquico y, por último, se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad, la nación se concibe siempre como un compañerismo profundo, horizontal. Dicho con otras palabras -tomadas de Gellner- "el nacionalismo no es el despertar de las naciones a la autoconciencia: inventa naciones donde no existen. Continuará.

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