sábado, 26 de julio de 2014

Don Pujol I y último

En diciembre del pasado 2013 publiqué una "entrada" cuyo contenido resulta plenamente vigente, trata, obviamente, de ese sujeto que soñaba, entre otras cosas, con que su nombre "bautizara" la Avenida Diagonal de Barcelona. "Pobrecito mío", que diría Al & Cia. El "nota" se ha jodido, que señalaría Lagartete, nombre en clave de mi enano infiltrado en la Gene y que me da cuenta que El Jefe anda tirado por la moqueta, dando puñetazos al suelo entre "osténtoreas" (que decía Gil y Gil) carcajadas. Y es que, dice Lagartete, el clan Pujol andaba algo mosqueado con el Artur al que habían colocado de hombre puente hasta el Oriolín creciera (se supone que políticamente) pero como éste anda empapelado, el Artur en un "tres i no res" ha devenido en nuevo Moisés y los pujolets temen perder "cobertura" tal que clientes de Vodaphone. Y en esto va, llega, coge y dice la nena que en su día compartió cama y mesa con el primogénito, que lo más gordo está por llegar, que faltan los resultados de 11 Comisiones Rogatorias a otros tantos paraísos fiscales y como al parecer alguno está en manos del Ministerio pués... va don Pujol y decide cantar por aquello del arrepentimiento espontáneo, sin importarle que Mas va a ir a ver a Rajoy como un corderito, suplicando que Torres Dulce empitone moderadamente al Gran Timonel

Don Pujol, bufó, deja que te aconseje: Dimite de Presidente de Honor o como se diga de CDC. Renuncia al despacho, secretarias, chofer, seguratas  y sueldo de expresidente. Dile a la Santa eso de "pon el arroz que ahora vuelvo", llama a C. y perdeos en alguna Antilla y disfruta de una puta vez en tu vida, lejos de "causas", "misiones", derechos históricos, pueblos elegidos y demás zarandajas. De nada y Tranquil, Jordi, tranquil.

He aquí la entrada del pasado año.

Ya he despejado mis dudas al respecto. La Sala IMPRESENTABLES de la Galería HOMENOTS de mi particular MUSEO DE LA INFAMIA la inauguro con JORDI PUJOL I SOLEY, personaje al que sigo desde hace muchos años. Me llamó la atención cuando leí el siguiente exabrupto en un texto en el que nuestro Homenot trataba el problema de la inmigración:
«El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido [...], es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir su falta de mentalidad.»
Don Pujol tiene una biografía propia de un mediocre. Se licenció en Medicina y, afortunadamente, no la ejerció. Se metió a Banquero con menos conocimientos que Rodrigo Rato  o Blesa, con el resultado de todos conocido. Se dedicó a construir una nación (primero aparecen los nacionalistas, luego las naciones) y ha contribuido a crear una sociedad enferma, plagada de individuos con complejo de superioridad,( capdevanters de todo en el mundo mundial) incapaz de autocrítica (la culpa de los males siempre es de otros) etc, sin que el genocidio cultural, también llamado inmersión lingüística, el amordazamiento, vía presupuestos de los medios de comunicación, el caciquismo y el clientelismo como formas de acceso a la Administración pública etc. le hayan servido de gran cosa.
Sostengo (como Pereira) la peregrina idea (mis ideas son todas peregrinas: todos los seres humanos son iguales en derechos y obligaciones, los colectivos no son titulares de derechos, la religión es el opio del pueblo, el nacionalismo es el alcohol de  garrafón de la ciudadanía, el modo de producción capitalista es intrínsecamente perverso y en este plan). Decía que tenga la idea de que el problema de Don Pujol residente en su nombre. En efecto, Jordi es el único nombre del santoral que no tiene diminutivo y eso marca. A mí, sin ir más lejos, la gente que me quiere me llama PEPE. De niño, los amigos de mis padres me decían PEPITO y tengo una querida amiga que me llama PEPIÑO (Sonia, guapa, te llamo) y durante años tuve una secretaria (Conchita) que me decía Señor Pepe. A propósito, Don Pujol, ¿Qué tal Carme? AIXO SI QUE ES UNA DONA, eh¡ Don Jordi. En resumen, usted está falto de cariño y por ello se mete a antropólogo los fines de semana y perpetra dislates como el que comentamos y para colmo, cual Saint Exupery cebolludo crea su Principito y vienen  los malos y lo empapelan.
Como dijo el general McArthur al salir por piernas de Filipinas: “Volveré!” y es que usted Don Pujol da mucho juego para cabroncetes graciosillos como yo y eso que nunca he pasado hambre.


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