Ya he
despejado mis dudas al respecto. La Sala IMPRESENTABLES de la Galería HOMENOTS
de mi particular MUSEO DE LA INFAMIA la inauguro con JORDI PUJOL I SOLEY,
personaje al que sigo desde hace muchos años. Me llamó la atención cuando leí
el siguiente exabrupto en un texto en el que nuestro Homenot trataba el
problema de la inmigración:
«El hombre
andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre
destruido [...], es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace
cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de
miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de
tener un sentido un poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una
excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor
social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y
anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su
propia perplejidad, destruiría Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad
anárquica y pobrísima, es decir su falta de mentalidad.»
Don Pujol
tiene una biografía propia de un mediocre. Se licenció en Medicina y,
afortunadamente, no la ejerció. Se metió a Banquero con menos conocimientos que
Rodrigo Rato o Blesa, con el resultado de todos conocido. Se dedicó a construir una
nación (primero aparecen los nacionalistas, luego las naciones) y ha
contribuido a crear una sociedad enferma, plagada de individuos con complejo de
superioridad,( capdevanters de todo en el mundo mundial) incapaz de autocrítica
(la culpa de los males siempre es de otros) etc, sin que el genocidio cultural,
también llamado inmersión lingüística, el amordazamiento, vía presupuestos de
los medios de comunicación, el caciquismo y el clientelismo como formas de
acceso a la Administración pública etc. le hayan servido de gran cosa.
Sostengo
(como Pereira) la peregrina idea (mis ideas son todas peregrinas: todos los
seres humanos son iguales en derechos y obligaciones, los colectivos no son
titulares de derechos, la religión es el opio del pueblo, el nacionalismo es el
alcohol de garrafón de la ciudadanía, el
modo de producción capitalista es intrínsecamente perverso y en este plan).
Decía que tenga la idea de que el problema de Don Pujol residente en su nombre.
En efecto, Jordi es el único nombre del santoral que no tiene diminutivo y eso
marca. A mí, sin ir más lejos, la gente que me quiere me llama PEPE. De niño,
los amigos de mis padres me decían PEPITO y tengo una querida amiga que me
llama PEPIÑO (Sonia, guapa, te llamo) y durante años tuve una secretaria
(Conchita) que me decía Señor Pepe. A propósito, Don Pujol, ¿Qué tal Carme?
AIXO SI QUE ES UNA DONA, eh¡ Don Jordi. En resumen, usted está falto de cariño
y por ello se mete a antropólogo los fines de semana y perpetra dislates como
el que comentamos y para colmo, cual Saint Exupery cebolludo crea su Principito
y vienen los malos y lo empapelan.
Como dijo el
general McArthur al salir por piernas de Filipinas: “Volveré!” y es que usted
Don Pujol da mucho juego para cabroncetes graciosillos como yo y eso que nunca
he pasado hambre.

No hay comentarios:
Publicar un comentario