El Arzobispo de Valencia. ¿Un verso suelto?

En una carta pastoral fechada el 13-05-2010 el Arzobispo de Valencia, Carlos Osoro ha perpetrado un nuevo asalto a la razón, a la lógica más elemental que debe informar todo proceso discursivo. En esta ocasión le ha tocado al "laicismo radical" que según el Pastor de ovejas más o menos descarriadas trata de convertir la religión en una parodia. Como define el Diccionario de la RAE parodia es toda imitación burlesca pero el Sr. Obispo no nos dice qué es lo imitado, con lo que nos quedamos sin saber el alcance de tan profundo pensamiento. Tambien afirma del Jefe de los curas valencianos que impera la "idolatria política, ya que el partido, la nación o el Estado se presentan como si fueran valores superiores a los que debe supeditarse todo, tambien lo religioso". El Sr. Osoro ha descrito las características que describen los totalitarismos, los nazismos y cabe preguntarse ¿Cree el Arzobispo que vivimos en estado totalitario y no en una democracia parlamentaria? ¿Se trata de pura ignorancia o de mala fe? ¿O de las dos cosas?.
Mis queridos lectores habrán constatado que desde hace muchos días no tocaba la cuestión religiosa, cuestión por la que tengo especial cariño. En efecto, así es, pero es que como estamos en plena campaña de la Declaración de la Renta, el clero está particularmente calladito y entonces ¿A que viene el Sr. Osoro con sus monsergas? ¿Estamos en presencia de un verso suelto? Desde luego que no. Recuerdese al respecto que el gobierno ha anunciado que para despues del verano presentará en la Cortes el proyecto de Ley de libertad religiosa y el Sr. Osoro está ya calentando motores, tratando de crear opinión entre aquellos de su rebaño que están en él -sin metáfora alguna- por méritos propios. La petición del Papa al Presidente del Gobierno en recien te visita girada por éste en el sentido de que paralice la tramitación de la mentada Ley ha sido el pistoletazo de salida para que sus subordinados en España se opongan con uñas y dientes a que se regule en España un Derecho Fundamental, el de Libertad Religiosa. No distraerse.