viernes, 22 de enero de 2016

Hijoputas III, Turró el Carlistón.

Joan Turró es un Concejal del partido fundado por el delincuente confeso Jordi Pujol en un Ayuntamiento de la Comarca de Osona. Dicha comarca y las que la rodean  son  territorios a los que se denomina la Cataluña profunda,  donde buena parte del paisanaje es más de derechas que Don Pelayo. En esas tierras cuajó el carlismo. La Wikipedia hace un breve pero certera síntesis de esa ideología política:
“El carlismo (también conocido a lo largo de su historia como Partido Carlista, Comunión Católico-Monárquica, Partido Jaimista, Comunión Legitimista, Comunión Tradicionalista, entre otros nombres) es un movimiento político español de carácter tradicionalista y legitimista surgido durante la primera mitad del siglo XIX como reacción al proceso de modernización liberal, que pretende el establecimiento de una rama alternativa de la dinastía de los Borbones en el trono español, y que en sus orígenes propugnaba, no sólo la vuelta al Antiguo Régimen, sino también una política de Cristiandad.1
Unos “figuras” estos carlitas. Su doctrina –que no ideología-  influyó poderosamente en el padre de la patria catalana, el ínclito Prat de la Riba, un auténtico fascista avant la lettre, y sigue informando el pensamiento (sic) político de la burguesía y sus paniaguados, dicho de otra manera, de las fuerzas vivas o de los que cortan el bacalao en la dicha comarca. Para muestra, un botón: La prensa de días pasado publicaba que el tal Turro había presentado una moción en su Ayuntamiento para que
“El Ayuntamiento dejase de pagar el 50% del sueldo de Moreta, o cualquier otro porcentaje, pero no sólo de ella, sino “cualquier otro funcionario o trabajador público adscrito o que desarrolle tareas para el ayuntamiento de Sant Hipòlit de Voltregà que se manifieste públicamente o políticamente en contra del proceso de independencia de Cataluña”.
El nota este es mala persona, en otros términos, un hijoputa, además de un auténtico fascista que pretende vulnerar el ordenamiento constitucional en materia de Función Pública cuyo orígenes están en el Estatuto Maura de 1914 que garantizó la inamovilidad de los empleados públicos, poniendo fin a las cesantías originadas por la alternancia en el poder de los partidos dinásticos porque como puede leerse en la Wiki
“La inamovilidad en la condición de empleado público, una vez superada la fase de examen, solo se consagraría con el denominado Estatuto Maura, aprobado mediante Ley de Bases de 22 de julio de 1918, durante el reinado de S.M. el rey Alfonso XIII de España. Solo se dejaría de ser funcionario por motivos disciplinarios, pero no por causa de los vaivenes políticos derivada de la alternancia de partidos al frente del Gobierno.4 Este esquema quedó definitivamente consagrado en la Ley de Funcionarios Civiles del Estado de 20 de julio de 1963. La Constitución española de 1978 ratifica esta práctica mediante la previsión de acceso a la Función Pública cuando se acrediten los principios de igualdad, mérito y capacidad, según ha tenido ocasión de interpretar el Tribunal Constitucional5 y así lo han recogido la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública y la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público”.

El pavo este es un totalitario: el que no está con el Estado (en proyecto) está contra Cataluña y en consecuencia tiene la obligación de trabajar gratis para hacerse perdonar su osadía. Pretende desconocer que los funcionarios sirven a la Administración Pública con independencia –ahora sí- de los que coyunturalmente ocupen el poder, lo contrario    es más medieval que las Cruzadas,  aunque sujetos de esta catadura moral pretenden hacer creer que son demócratas. Ya digo un verdadero hijoputa. Otro más.
















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