Joan Turró es un Concejal del partido
fundado por el delincuente confeso Jordi Pujol en un Ayuntamiento de la Comarca
de Osona. Dicha comarca y las que la rodean
son territorios a los que se
denomina la Cataluña profunda, donde buena parte del paisanaje es más de
derechas que Don Pelayo. En esas tierras cuajó el carlismo. La Wikipedia hace
un breve pero certera síntesis de esa ideología política:
“El carlismo (también conocido a lo largo de su historia como
Partido Carlista, Comunión
Católico-Monárquica, Partido Jaimista, Comunión
Legitimista, Comunión
Tradicionalista, entre otros nombres) es un movimiento político español de
carácter tradicionalista y legitimista surgido
durante la primera mitad del siglo
XIX como reacción
al proceso de modernización liberal, que pretende el
establecimiento de una rama alternativa de la dinastía de los Borbones en el trono
español, y que en sus orígenes propugnaba, no sólo la vuelta al Antiguo Régimen, sino también una
política de Cristiandad.1 “
Unos “figuras” estos
carlitas. Su doctrina –que no ideología-
influyó poderosamente en el padre de la patria catalana, el ínclito Prat
de la Riba, un auténtico fascista avant la lettre, y sigue informando el
pensamiento (sic) político de la burguesía y sus paniaguados, dicho de otra
manera, de las fuerzas vivas o de los que cortan el bacalao en la dicha comarca.
Para muestra, un botón: La prensa de días pasado publicaba que el tal Turro
había presentado una moción en su Ayuntamiento para que
“El
Ayuntamiento dejase de pagar el 50% del sueldo de Moreta, o cualquier otro
porcentaje, pero no sólo de ella, sino “cualquier otro funcionario o trabajador
público adscrito o que desarrolle tareas para el ayuntamiento de Sant Hipòlit de
Voltregà que se manifieste públicamente o políticamente en contra del proceso
de independencia de Cataluña”.
El nota
este es mala persona, en otros términos, un hijoputa, además de un auténtico
fascista que pretende vulnerar el ordenamiento constitucional en materia de Función
Pública cuyo orígenes están en el Estatuto Maura de 1914 que garantizó la
inamovilidad de los empleados públicos, poniendo fin a las cesantías originadas
por la alternancia en el poder de los partidos dinásticos porque como puede
leerse en la Wiki
“La inamovilidad en la condición de
empleado público, una vez superada la fase de examen, solo se consagraría con
el denominado Estatuto Maura, aprobado mediante Ley de Bases de 22 de
julio de 1918, durante el reinado de S.M. el rey Alfonso
XIII de España. Solo se dejaría de ser funcionario por motivos
disciplinarios, pero no por causa de los vaivenes políticos derivada de la
alternancia de partidos al frente del Gobierno.4 Este esquema quedó
definitivamente consagrado en la Ley de Funcionarios Civiles del Estado de 20
de julio de 1963. La Constitución
española de 1978 ratifica esta práctica mediante la previsión
de acceso a la Función Pública cuando se acrediten los principios de igualdad,
mérito y capacidad, según ha tenido ocasión de interpretar el Tribunal
Constitucional5 y así lo han recogido la Ley
30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública y la
Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público”.
El pavo
este es un totalitario: el que no está con el Estado (en proyecto) está contra
Cataluña y en consecuencia tiene la obligación de trabajar gratis para hacerse
perdonar su osadía. Pretende desconocer que los funcionarios sirven a la
Administración Pública con independencia –ahora sí- de los que coyunturalmente
ocupen el poder, lo contrario es más medieval
que las Cruzadas, aunque sujetos de esta
catadura moral pretenden hacer creer que son demócratas. Ya digo un verdadero
hijoputa. Otro más.
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