martes, 21 de enero de 2014

Catalunya calling III

Anuncié días atrás que el siguiente capítulo de  la serie de "entradas" que denomino Catalunya Calling¡¡¡, el III, estaría dedicado al ínclito Dr.  Robert que en su día fue Alcalde (nombrado a dedo por el Presidente Francisco Silvela) de Barcelona. Permítaseme un desvío del asunto principal. ¿Os habéis preguntado el origen del maleficio que pesa sobre Barcelona: Robert no ha sido el único Alcalde que ejerció la medicina. Piénsese en  Joan Clos, sedicente socialista o el actual, Xavier Trias, hombre de verbo fácil,  dotado de voz aterciopelada y pensamiento político profundo. Barcelona la única ciudad del mundo que tiene dedicada una calle a la masturbación (carrer de la palla),    (si, coño, ya sé que la calle en cuestión se llama así por que la frecuentaban los carros cargados de paja, pesados en la Plaza de su nombre y que había accedido por la Puerta de la misma denominación pero uno es libre para recrear la historia, fijaros si no en ese historiador o lo que sea que se apellida Sobrequés, el del simposio y otros pesebres) pues como iba diciendo,  Barcelona de la que don Quijote dijo que  "..... y, así, me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesia, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los  valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y belleza, única.....". Es evidente que Cidi Hamete Benengeli, verdadero autor del Ingenioso Hidalgo como cualquier persona documentada sabe, no tenía facultades prognósticas. A mi me pasa algo así, he hecho muchos vaticinios y únicamente he acertado dos: Una vez anuncié que un 15 de agosto a las 1500 horas, en Manresa, haría un calor de la hostia. Bingo¡¡¡. El otro lo hice un día indeterminado de finales de 1.978 en Barcelona: asistía como delegado al Congreso fundacional del P.S.C. y de inmediato intuí quienes  seriamos los que  nos dedicaríamos a pegar los carteles electorales y a aportar los votos para que los "aborígenes", los burguesitos, partieran el bacalao y afirmé "Estos, más pronto que tarde se estrellarán, Icetas mediante, (que entonces era un tipo simpático)" 35 años más tarde ahí los teneis, haciendo el ridículo más espantoso, enseñando la patita reaccionaria y despues de haber gobernado profundizando en el genocidio linguístico y multando a todo el que anunciara su establecimiento así: "El caballo blanco, comidas rápidas", en lugar de poner "White horse, fast food" que es lo que mola. Huelga señalar que no asistí al segundo día del Congreso y en consecuencia evité terminar como "Luiggi" y otros socialistas de primera época.
Pero volvamos con el Dr. Robert. A propósito el nota este tiene una plaza en Barcelona, plaza que hasta hace pocos años se llamaba de Tetuan, con la que pretendía rendir un homenaje a Prim, catalán de Reus, miembro del ejercito español (como Francesc Macía, por ejemplo) y que llegó a Presidente del Consejo de Ministros  y que promovió la candidatura de el Duque de Aosta, Amadeo de Saboya (si, si, ese, el de la espada y tal y tal) como Rey de España. Pues eso, que vinieron los buenos, se cepillaron Tetuán y dedicaron la Plaza a este aficionado a la antropología como veremos más tarde.
Digamos que la gran aportación de Robert a la ciencia fue su teoría sobre el tamaño de la cabeza (la que está sobre los hombros, no confundir con el glande o bálano) de los catalanes, tamaño que era sensiblemente mayor  que la de otros habitantes de Sepharad y, por tanto sus paisanos son más inteligentes. ¡¡Veis incrédulos como el tamaño si importa¡¡
Pero antes de pronunciar su famosa conferencia en el Ateneu donde expuso su teoría había dejado escrito lo siguiente: "El hombre es un ser psicológicamente perfectible; el hombre, además es un ser que tiene dos ideales que se reasumen en el sentimiento religioso y en el sentimiento de patria". 
Dado que siempre he hecho mía la clasificación del pensamiento filosófico en idealismo o metafísica y el materialismo y que el idealismo (pensamiento mágico le llama algún cabroncete) tiene dos manifestaciones, a saber: el pensamiento religioso y el nacionalismo (mis dos debilidades) urge que ponga negro sobre blanco lo que pienso sobre dios y patria, religión y nacionalismo, todo ello desde la óptica del materialismo histórico, así que hasta la próxima. Otro día volveré con el tal Robert.


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