lunes, 11 de abril de 2011

Laicismo

El diario EL PAIS de ayer domingo 09-04-2011 "venía" sustancioso, soberbio. En el periódico propiamente dicho publicaba un artículo firmado por Gregorio Peces-Barba del que extraigo y reproduzco los dos siguientes párrafos:


"España ha sido una de las grandes perjudicadas del clericalismo, y lo ha sufrido en sus carnes antes del franquismo, durante el franquismo y con la democracia, cuando todavía hay demasiada contemporización con los peores usos clericales. Hay muchos aspectos pendientes y el gobierno de Rodríguez Zapatero consiente demasiado pensando que es una buena fórmula ¡Craso error!. En cuanto se les presenta la ocasión, como en estas elecciones autonómicas, dicen que no se puede votar a partidos que apoyan el divorcio, el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Todavía hay tiempo y pido al PSOE y a su Gobierno que se decidan a tomar medidas que se sitúen claramente en la línea debida. Al menos dos medidas, derogación de los acuerdos con la Santa Sede y supresión de la enseñanza reglada de la religión deben ser tomadas. ¡Todavía se puede hacer!

No podemos ser tan ingenuos como para pensar que la inacción por nuestra parte va a ser respondida con la neutralidad y el juego limpio. Eso solo ocurrió con Juan XXIII y con Pablo VI. Después las cosas volvieron a su cauce tradicional y la deslealtad a las autoridades civiles volvió a ser la regla. Son partidarios de todo lo que representa Doña Esperanza y no se puede esperar nada. Cuanto más se les consiente y se les soporta, peor responden. Solo entienden del palo y de la separación de los campos. Un Estado libre y una Iglesia libre, cada uno en su ámbito y sin que puedan tener ningún ámbito exento, ni ningún privilegio. Pactar con ellos desde la buena fe es estar seguro de que se aprovecharán todo lo que puedan.".

Huelga cualquier tipo de glosa: el texto es suficientemente explícito.

Por su parte "la revista" "El país semanal" incluye una fotografía en la que aparece Francisco "tequierounhuevo" Camps, Presidente de la Generalitat Valenciana besando la mano del Arzobispo de Valencia, doblando la cerviz. La escena es contemplada por cinco individuos, vestidos de negro, con alzacuellos blanco y que sonríen ante la escena de la pleitesía que el titular del poder civil rinde al eclesiástico. Lo que llama la atención son las distintas sonrisas. Para pòder describirlas tendrían que tener la capacidad narrativa de Juan Marsé, maestro en comentarios gestuales. Al no poder reproducir la fotografía no tengo la osadía de llevar a vuestro ánimo el asco profundo que siento al contemplarlas. Prometo seguirles la pista porque no me extrañaría encontrar a alguno de estos babosos implicado en algún asunto "menor". Permaneced atentos


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